En temporada regular las faltas de ambos equipos llevó a la NFL a multar con casi 140 mil dólares, en esta ocasión ambos equipos mostraron que enfocarse en los duelos personales y no en los duelos como equipo puede llevarlos a perder un partido. El egoísmo en un deporte de conjunto no tiene cabida, y si este se hace presente, la consecuencia puede ser desalentadora.
Cincinnati trabajó como equipo en la segunda mitad para poder regresar en el partido y frenar la ofensiva de Pittsburgh que había caminado bien por tierra, al menos en la primera mitad. Pero, las acciones individualistas de algunos jugadores trajeron como consecuencia la derrota en equipo.
Después del pase interceptado a Landry Jones, Bengals tenía todo para cerrar el partido. Necesitaba correr en tres ocasiones para que Pittsburgh quemara sus tiempos fuera y después intentar un gol de campo, pero el primer gran error se presentó con el fumble de Jeremy Hill, que fue en primera oportunidad sin que los Steelers gastaran sus tiempos fuera.
Después viene el error de la defensiva, ante un Big Ben que no podía lanzar el balón en pases largos, Pittsburgh logró mover el balón. Convirtieron una cuarta oportunidad para que después viniera un de los dos más grandes errores que he visto en un partido. Vontaze Burfict es castigado por foul personal por un fuerte golpe, que sin duda era castigo, a Antonio Brown. Después viene el castigo de Adam Jones, que trata de golpear al entrenador Joey Porter, quien por cierto podría ser sancionado por estar en el campo.
Los oficiales se pueden equivocar, pues son humanos, pero jamás dejes en las manos de los árbitros la decisión de un partido. Cincinnati pudo haber evitado todo lo ocurrido en la serie donde Steelers gana con un gol de campo. Los dos castigos que se marcan al final del partido contra Cincinnati son bien marcados por los oficiales y es un reflejo de la indisciplina que puede existir en un equipo. Cincinnati tenía la victoria en sus manos y se la entregó a Pittsburgh.
Al final A.J. McCarron lo deja muy claro, “No es momento de hacer responsable a alguien. Ganamos juntos, perdemos juntos”.
Vontaze Burfict, de héroe a villano