Uno tras otro, tras otro, tras otro. Así fue como Steph Curry aniquiló a los Cavaliers en el Juego 2. El número 30 de Golden State se encargó de meter nueve triples con lo que superó a Ray Allen con el mayor número en un Juego de Finales de NBA.
Sólo les bastó un cuarto para que los Warriors le apagaran los motores a unos Rockets que volvieron a tener diferencia de al menos 10 puntos al medio tiempo como ocurrió en el Juego 6. Golden State tuvo un tercer periodo como suele jugar un Campeón cuando se ve en apuros. Como Guerreros lucharon por defender su corona.
Mucha polémica ha generado en el mundo del deporte las últimas decisiones que se han tomado en las reuniones de dueños de la NFL, porque se han modificado algunas reglas del juego con el fin de prevenir lesiones, en especial las conmociones. Muchos creen que se pierde la esencia del juego y hasta ironizan, al decir que hay más contacto en el Flag-Football que en la NFL. Pero, vamos por partes.
Supe de Luis Pérez desde hace dos años, cuando su tío, Aarón Soriano, comentarista deportivo en México y buen amigo, me informó que su sobrino estaba en Texas A&M Commerce como quarterback. Era la temporada de 2016 y su equipo, los Lions, lograron meterse a los playoffs de la División II de la NCAA, pero no llegaron al Juego de Campeonato. Para la temporada de 2017, no sólo alcanzaron ese juego, sino que fueron Campeones y Luis Pérez terminó como el Jugador Más Valioso de la Final. Días antes había ganado el Trofeo Harold Hill, premio que se le otorga al mejor jugador de la División, es el equivalente al Trofeo Heisman pero de la División II.