Todo pasó en California. Por un lado veíamos el final de una gran carrera, la de Kobe Bryant, por otro lado seguíamos lo que parecía difícil de superar, las 72 victorias en una temporada. Bryant y Golden State se asociaron para darnos una de esas noche que quedarán marcadas en la vida de los aficionados al deporte. Una de esas noche que son históricas y mágicas.
Mamba Out...
La fecha se cumplió. Llegó el momento en que Kobe Bryant tenía que salir a la duela por última ocasión en su carrera. Después de 20 temporadas el número 24 se despedía de la franquicia que lo seleccionó a los 17 años de edad. Bryant entregó una noche digan de la talla del jugador que fue a lo largo de su paso con los Lakers. Fue una noche mágica con la presencia de los grandes jugadores con los que tuvo la oportunidad de jugar. Los mismo con los que ganó cinco anillos de Campeón.
Lo mejor del partido no fue la victoria de un equipo que vive una de sus peores temporadas en su historia; lo mejor fue la forma como se dio la victoria. Y es que, sólo en Hollywood se pueden dar esos tipos de guiones, esas historias que vemos en cada una de las películas estadounidenses, pero con la gran diferencia de que esto fue en la vida real. Bryant se despidió a lo grande y como un grande que fue en la NBA.
El chico que llegó de 17 años de edad a los Lakers con la presión que eso significaba logró terminar su misión con el equipo; logró colocar de nueva cuenta a la franquicia en los niveles que lo había hecho Wilt Chamberlain o Magic Johnson, por lo que no hay duda que Bryant debe ser recordado como uno de los más grandes en la historia de los Lakers. Sus 60 puntos en su último partido, los 23 en el último cuarto y ver el festejo al final del partido rodeado de jugadores, amigos y familiares nos deja claro que se retiro uno de los grandes del deporte, uno de los mejores de la NBA.
Los 73 históricos...
Al mismo tiempo que Bryant electrizaba desde el Staples Center, los Warriors de la mano de Stephen Curry lo hacía al norte de California. Golden State hizo lo que nadie imaginaba, lo que todos se preguntaban al inicio de la temporada y lo que nadie había visto en los últimos 20 años. Desde aquellos Bulls de 1995-96 no había existido un equipo que superaba las 72 victorias en una temporada. Los Warriors simplemente barrieron la liga, al no caer en dos juegos consecutivo, al no perder en dos ocasiones con el mismo rival; y todo, a larga distancia. El sello del equipo fue el sello de la noche: Triples, Triples, Triples y más Triples.
Curry se encargó de superar los 400 triples en una temporada, mientras que el equipo superó los mil en la campaña. Este equipo ha logrado capturar a muchos aficionados que se había separado de la NBA, que buscaban espectáculo en una Liga que de por sí es espectacular, pero dentro de esos que nos parece inimaginable, aparecen los Warriors con su forma de juego que nos cautiva que nos hace superar la capacidad de asombro y que cada noche nos dejan paralizados con bombazos desde cualquier punto de la duela.
Todo el crédito...
Podrá ser que te quedes con Magic Johnson o Michael Jordan por arriba de Kobe Bryant o que prefieras a los Bulls de Jordan, Pippen y Rodman, que a los Warriors de Curry, Thompson y Green, pero lo que no podemos dejar a un lado es que lo que vimos el miércoles por la noche fue historia pura. Fuimos testigos de como los actores dejaron evidencia de hechos históricos. Fuimos testigos de algo que pocas veces se ve en el deporte y es que el impacto de la realidad, así como la incertidumbre del desenlace siempre superará a la ficción. Bryant se despidió de la NBA con 60 puntos para darle la victoria a su equipo, mientras que los Warriors alcanzaron las 73 victorias en una temporada. Esa es la realidad.