Cuando el lucimiento personal está por encima del trabajo en equipo entonces ese jugador es un envidioso. Odell Beckham Jr se perderá el siguiente partido (Domingo por la Noche contra Minnesota por ESPN) por las acciones que tuvo en el partido del domingo contra Josh Norman.
Ambos jugadores no se pudieron comportar en el campo y acabaron como dos borrachos peleando en una cantina. Lo que no entiendo es la actitud de Beckham Jr de lucimiento, de pensar más en él y en su duelo contra Norman que en la forma como estaba afectando a su equipo. Ahora los Giants no contarán con su mejor receptor para un partido clave donde buscarán mantenerse en la pelea de playoffs.
Lo más reprobable de Beckham Jr fue el golpe a la cabeza de Norman, donde el jugador se regresó y con toda la intención buscó golpear a su adversario. En cualquier deporte si un jugador está en el terreno de juego con el fin de lastimar a un contrario, entonces ha perdido por completo la ética personal y profesional. Beckham Jr después de esa jugada, si no es que antes, tenía que haber sido expulsado del partido.
Esta situación se pudo haber evitado desde el inicio. Primero con los jugadores y controlarse, después con los árbitros al permitir que terminaran el partido, a los entrenadores por no ponerles un alto o incluso sacarlos del campo.
Beckham Jr dijo al final del partido que esa es su forma de competir. Desde luego que no es la forma. Faltar al respeto al deporte, a la conducta y al equipo no es la forma de competir. Es un claro ejemplo de cómo perder el estilo y comportarse de forma irresponsable y vulgar dentro del campo.