El 2020 será un año que sin duda nos marcará a todos por el resto de nuestras vidas, cambió nuestra forma de vida y de pensamiento.
El pasado miércoles jugadores de los Bucks de Milwaukee decidieron no salir a la duela para el Juego 5 de la Serie de Playoffs contra Orlando en reclamo a la injusticia social y el abuso policial a la persona de Jacob Blake. El efecto de la decisión tuvo repercusión en los otros partidos que se jugaban ese día, incluido Lakers contra Blazers.
Desde La Burbuja en Orlando se mandó un mensaje que fue bien recibido y que tuvo eco en varias ligas profesiones de los Estados Unidos. Juegos programados para miércoles y jueves de WNBA, MLB, MLS, NHL y Tenis frenaron sus encuentros, así como varios entrenamientos de equipos de la NFL. De hecho, los Leones de Detroit no salieron a entrenar el martes.
El 2020 será un año que sin duda nos marcará a todos por el resto de nuestras vidas. La pandemia nos llevó a cambiar el rumbo, a cambiar la forma de vida, de trabajo y de socializar, pero también nos debe cambiar nuestra forma de pensar, de ser más tolerantes con los demás, construir mejores relaciones humanas basadas en los valores de honestidad, justicia, amor, igualdad y respeto. Esta pandemia nos ha quitado lo que más necesita el ser humano, la cercanía con tus seres queridos, con tus amigos, con tu prójimo; aprovechemos estos momentos donde pasamos más tiempo viendo a los nuestros a través de una pantalla para reflexionar y eliminar todo virus de hipocresía, de soberbia, de abuso de autoridad, de prepotencia y de orgullo con el fin de salir de esta cuarentena limpios y ser mejores personas en nuestra sociedad.
Las diferencias raciales, la discriminación y segregación no es privativo de un país, de una raza. Es algo que se anida en el ser humano, porque en todos los países vemos la desigualdad, vemos la injusticia social, el abuso de la autoridad; y no es porque uno tenga el uniforme de policía, porque bien lo puede traer el de político, de CEO de una empresa, de corbata y traje en una oficina o hasta en una iglesia. La injusticia y desigualdad no solo se le comete a un afroamericano, a un delincuente, a una persona con antecedentes penales; no, se le comete a TODO ser humano, porque el mal esta en nosotros como seres de esta sociedad. El mal vive en nosotros. Pero, no hacemos nada por tratar de corregirlo; en cambio, buscamos quien ha hecho algo peor de lo que hice para entonces justificar o esconder lo malo que hay en mí.
Entiendo que muchos de ustedes no quieren ver a los jugadores profesionales tomando la bandera de activistas sociales, de solo dedicarse a jugar y a entretenernos todas las tardes porque regresamos de nuestros trabajos o porque la hemos pasado todo el día en casa trabajando sin salir, y lo único que queremos es que esos robots con uniformes nos hagan olvidar lo que hemos pasado. Bueno, pues esos jugadores, antes de ser profesionales, son personas que tienen los mismos sentimientos y preocupaciones que todos, tienen familia y seres queridos, porque viven en nuestra sociedad.
Siempre he creído que el deporte es un reflejo de la sociedad, estos días el deporte ha proyectado a la sociedad la igualdad entre los seres humanos. Aprendamos del pasado, busquemos resolver el presente y mejorar el futuro.
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